El contorno de ojos grita a los cuatro vientos nuestra edad
Insomnio, estrés, cambios medioambientales
Cómo combatir las bolsas, ojeras o las temidas arrugas de expresión
La piel del contorno de ojos no sólo es la más fina de todo el cuerpo, sino que sus glándulas sudoríparas y sebáceas son muy escasas, de ahí que la película hidrolipídica de la superficie sea prácticamente inexistente. A todo ello hay que unir el hecho de su red de microcirculación sanguínea y linfática es muy fina y frágil. Pero hay más: el parpadeo (que se realiza unas doce mil veces al día) y la gesticulación continua que repercute en esta zona hace que la piel esté sometida a una gran movilidad, lo que altera sus fibras de colágeno y elastina, ocasionando su disminución y, en consecuencia, una pérdida de tono y elasticidad. Sobre este ?campo minado?, la acción de los factores medioambientales es especialmente agresiva: el viento, el frío, el aire acondicionado, la calefacción y, muy especialmente, el sol, la exponen a una mayor deshidratación y a fenómenos irritantes que contribuyen a la formación de radicales libres y al envejecimiento.
Aunque son el telón de fondo de nuestros ojos y una de las piezas clave para transformar una expresión anodina en una mirada espectacular, suelen ser las grandes olvidadas del cuidado facial. Lo primero es determinar qué forma de ceja es la que más favorece y después, definirlas con la ayuda de una pinza, despejando primero la piel y las cejas de todo rastro de grasa y maquillaje y después ir depilando pelo por pelo, empezando por los que están fuera de la línea trazada, siguiendo el sentido del crecimiento del vello y tirando de la piel con la yema de los dedos pulgar e índice.
Aunque son el telón de fondo de nuestros ojos y una de las piezas clave para transformar una expresión anodina en una mirada espectacular, suelen ser las grandes olvidadas del cuidado facial. Lo primero es determinar qué forma de ceja es la que más favorece y después, definirlas con la ayuda de una pinza, despejando primero la piel y las cejas de todo rastro de grasa y maquillaje y después ir depilando pelo por pelo, empezando por los que están fuera de la línea trazada, siguiendo el sentido del crecimiento del vello y tirando de la piel con la yema de los dedos pulgar e índice.